“El amor infantil sigue el principio: Amo porque me aman. El amor maduro obedece al principio: Me aman porque amo. El amor inmaduro dice: Te amo porque lo necesito. El amor maduro dice: Te necesito porque te amo”.
Fromm postula que nuestra personalidad está regida por dos
principios el de la libertad, animaba a las
personas a trascender, y el amor. De
estos principios fundamentales se rige su teoría de la personalidad.
Según Fromm el hombre tiene necesidades humanas: la
relación, busca interacción, instinto de unión con otra persona, relación
simbiótica, sumisión o poder (amor); trascendencia, buscamos sobresalir,
nacemos sin voluntad, luego la vamos adquiriendo, todos trascendemos a otros;
arraigo, el sentido de pertenencia, echar raíces, se producen estrategias
productivas (dejar al hijo solo en el mundo) e improductivas (sobreproteger al
hijo); sentido de identidad, la capacidad de ser conscientes de uno mismo,
cosas que podemos hacer por nosotros mismos; marco de orientación, elegir
nuestro propio objetivo.
Cuando no seguimos o satisfacemos una de estas necesidades
humanas se genera un mecanismo de huida, fuerza que impulsa en las personas: autoritarismo,
masoquismo-sadomasoquista, busca evitar la libertad al mezclarse con otras
personas; destructividad, eliminarse uno mismo o a otros, sentimiento de
soledad, aislamiento e impotencia; conformidad, se convierte en un robot ante
otra persona, intenta huir del sentido de soledad renunciando a su
individualidad.
Fromm menciona la libertad positiva, el amor y el trabajo
activo; según ello se orienta el carácter, cualidades psíquicas o aprendidas: primero
orientación improductiva, estrategias que no ayudan al individuo a acercarse a
la libertad positiva, se dividen en cuatro; orientación receptivas, busca que
le den atención; orientación explotadora, usan su astucia para su beneficio;
orientación acaparadora, retienen su afecto; orientación comercial, complacen a
otros, se amoldan. Segundo orientación productiva, son tres dimensiones el trabajo
(lo que hace para un fin), el amor (bienestar de los demás y de ellos) y el
pensamiento (tus órdenes, tus deseos).
Además Fromm dice que cuando no logramos el mecanismo de
huida se genera un trastorno de la personalidad, divididas en tres: necrofilia,
odian a la humanidad, son racistas,
belicistas, les gusta el derramamiento de sangre, la aniquilación el terror y
la tortura, les encanta destruir la vida; narcisismo maligno, dificulta la
percepción de la realidad, ensimismado, valora sus propias cosas y desprecia o
devalúa la de los demás; simbiosis incestuosa, dependencia extrema a la madre o
un igual, sientes ansiedad y temor cuando ven amenazada la relación.
Fromm se interesó más en la psicoterapia, su objetivo era
que los pacientes lleguen a conocerse a sí mismo. Es en la terapia donde los
pacientes satisfacen su necesidad básica.